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Aprende algo
Antes que acabe tu día!!!

Crónica de una salida

Camina hacia el balcón y la suavidad se refleja en sus pasos, sus ojos de rojo color tocados por unas lagrimas ven la ciudad cobijarse en la neblina, con la misma serenidad siente gotas frías por sus mejillas rodar y en la vieja madera con la naciente luna se ven como estrellas brillar sin emoción alguna.

Bebe de su copa rota, lo único que por instantes calma su agonía, deja en cada trago rojas gotas llenas de recuerdos, recuerdos que plenan su dolor que acaban poco a poco con sus días.

Se desvanece en la oscuridad de sus pensamientos, su cabeza alzada al cielo saboreando su desconsuelo, bebe nuevamente de su copa transparentemente casi vacía lo que queda del elixir para el sufrimiento.

Se oculta en la esquina del balcón cobijándose en la madera fría, siente latir poco a poco su corazón que se resigna al dolor, que se resigna a la caída.

La copa levanta y le hace volar contra la pared quedando en el suelo pedazos de vidrio parecidos ha lo que queda del corazón aquel.

Toma del suelo pedazo de lo que fue una copa le observa como observa la vieja ciudad que siempre le fue tan ajena.

Siente nuevamente por sus mejillas como corren sus penas, su alegría apenas se reduce a la oscuridad que reside en aquella enorme ciudad.

Contempla con tristeza y resignación el brillo de las estrellas, siente tan poca la vida como la luz que irradian los faroles, como el brillar de la luna aquella que por inercia no deja de contemplar.

La brisa con sumo dolor le aviva el sufrimiento, no saca de su pensamiento lo que queda de la copa rota, se relaja asumiendo la derrota que poco a poco y que una gota tras otra le van consumiendo.

Vislumbra con detenimiento el filo casi transparente que detiene entre sus dedos, cual apasionado pintor traza con detenimiento aquella línea que tiñe de rojo su mano y hace de su corazón un latir lento.

El tiempo jugando con su agonía sonríe a aquel momento y hace de su andar un caminar lento, no refleja sus rostro algún sufrimiento, sabe que si se levanta lo ha de intentar otro día, para que postergar la venida de aquel momento.

Su tristeza ha salido y tiñe de rojo el suelo, hasta el viento ha tornado de otro color, el frio envuelve aquel balcón y embelesa la luna su rostro de blanca pasión.

Siente como se escapa la vida de su interior, sus lágrimas ya no ruedan mas pues, no existe el martirio del día a día, su alegría ya le dijo adiós, ahora es su corazón quien despide con lento ademán su marcha de dolor.

Sus ojos poco a poco se van cerrando así como el atardecer lentamente le da paso a la noche fría, y se ausenta lo que muchos dirían fue una vida, pero para este ya fallecido ser solo fue agonía entre sus tantas falsas sonrisas y un enorme padecer...

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