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Aprende algo
Antes que acabe tu día!!!

La Luz

El reloj muy puntual anuncia la hora de dormir, no me puedo desvelar no se puede permitir.

Inevitablemente ha llegado la noche.

Que hacer para evitar el miedo que me embarga esa oscura habitación, algo debo hacer necesito una solución, el pensar en la oscuridad me opaca el discernimiento, el advenimiento del momento de ir a ese oscuro lugar.

Ya se…! el bombillo encendido para espantar la oscuridad serviría, pero “con la luz encendida no se puede dormir” reclama la mayoría.

Ya acostado veo hacia los lados, no sabría decir si mis ojos siguen abiertos o están cerrados, mi cobija utilizo como fuerte escudo en contra de los demonios que mi mente crea con el cuarto ya oscuro, el sueño se acerca tan sigilosamente que no le veo llegar.

Al despertar el duro golpe de la luz en mis ojos, la noche se ha retirado pero con las horas volverá a su antojo.

El tiempo anuncia en el reloj la rutina de las horas, que puedo hacer ahora si la noche se ve llegar, creo tener la solución, espero pueda funcionar.

Asechante ya la hora de dormir, un libro cualquiera he tomado no podía elegir, al este abrir la luz no se volvió a apagar, jamás volvió a ocurrir.

“Si el va a leer la luz no se puede apagar” decía imponente mi mama.

Ventajosa mi situación. Mientras que por obligación las paginas de este libro leía, y así la luz se apagara eternamente estaría encendida. Descubrí una solución.

El interruptor encendía la luz del conocimiento en cada hoja leída. La oscuridad no volvió a molestar, aun cuando mis ojos cerrados nada leían, el discernimiento alumbraba en cada momento todos los rincones de mi vida.

La lectura fue la antorcha que acabo con la ignorancia que está aun más allá de mi habitación; está en la oscuridad de aquel que no busca la luz del discernimiento, de la vida la razón.

Ya no está: Una agonía cada vez más grande.

Las campanas chocan al compás del tiempo, el viento seca sus lagrimas de soledad, las manos exentas de vida por su presencia no palpar, y sus ojos estrafalariamente abierto se cierran ante la realidad, gritos ensordecedores que en la lejanía solo su eco responde… ya no esta.

No puede hablar, no quiere escuchar, el sonido de su reloj se hace ensordecedor, ya el tiempo comenzó a crear el pasado de un jardín de tulipanes dorados que la incomprensión y el desamor han destrozado.

La realidad le es sureal y si en verdad existe no quiere vivir más.

En su impenetrable soledad apaga las luces, quien le creyó su vida de sus manos se le va, las lagrimas comienzan a rodar.

En su silencio para si fuertemente grita, sus uñas siente en sus manos clavar, el recordar aumenta su tormento cual furiosa tempestad.

La oscuridad le aumenta la soledad, pero la luz le aviva su ausencia.

La tristeza se sigue derramando de sus ojos, caen reviviendo en cada gota su agonía, la lejanía de su felicidad se ve cada vez mas cerca llegar… ya no está.

Le busca en sus recuerdos y revive su presencia, no puede vivir sin verle, le cree su esencia, su ausencia es el veneno de su alegría, los decibeles del silencio aumentan su soledad.

Su alma se deshace como las piedras con el tiempo, ya no refleja su triste soledad, ahora puede discernir entre lo que fue, es y será, tal vez mentira, tal vez verdad… ya no esta.