Tic tac.

Porque caminas
si ella no está
la soledad no responde
y tu gritas tic tac.

Todo se vuelve recuerdo
y no dejas de andar
con tus pasos mas le alejo
y solo escucho tu tic tac.

Dame tiempo de tu tiempo
acompáñame a donde ella está
ya no quiero del recuerdo
ya no quiero tu tic tac.

Corre, corre como mis lágrimas
como mis pasos ya no lo harán
se cobarde y borra todo
yo jamás he de olvidar
luchare contra ti
aunque escuche tu tic tac.

Muere la rosa

Lagrimas que el vacío se lleva
de ojos que recuerdan su muerte
el azar juega a la suerte
y en una esquina ella.

El recuerdo cae como cualquier hoja
ya no existe el atardecer
porque ha muerto la rosa.

El silencio que encierran las paredes
luz semidifusa que escapa de su tranquilidad
veo la rosa marchita y en una esquina ella
mártir el pasado que quiere olvidar
y no puede pues en una esquina ella
con silencio de olor a crueldad.

La rosa marchita en sus manos
es su ademán de nostalgia
no se quien es y sin embargo
todos le llaman soledad.

Gotas de cristal retumban en el silencio
le veo aunque no está
vuelan sollozos que gritan
y ella en su esquina sin estar.

Musa es la flor marchita que no muere frente al poeta y ella ha muerto,

murió de soledad.

No existe un Verso.

No existe un verso y es como el anochecer sin luna
como el jardín sin flores,
como el día a oscuras
no hay prosa alguna.

No refresca el rocío sobre la hoja, ni reverdecen
los campos ahora, se cubre de nubes el cielo
un alma se llena de anhelos
se detiene el caminante en el desierto
la arena ya no cuenta el tiempo.

No existe un verso y se ahogó la musa
la prosa se llenó se excusas
la lira de enredos.

Ya no hay rosas que cortar
han cesado los suspiros
el trovador a dejado de cantar
perdió el pintor su atino.

No existe un verso
solo quedó el vacío
que cierre mis ojos la noche
muere el poema de frío.

Pinceladas de un Suspiro

Regare las flores del jardín con mis versos de bohemio que hablan de ti, susurrare un camino de alegría, donde solo tus pasos acompañen mis versos que se oscurecen como oscurece el alegre día.

Del tiempo tomare los segundos y los convertiré en estrellas que seguirán tu camino, los minutos serán garzas grises que revolotearan en el infinito, y con las horas que tientan el recuerdo haré un cuadro inmenso donde con lagrimas, suspiros y lamentos dibujare lo malo, dibujare lo bueno, pintare sonrisas con olor a caramelo, calcare tus ojos, tu rostro y tu cuerpo y con mil pinceladas un te quiero.

El marco será de sol dorado, el lienzo de hebras de tus cabellos, los pinceles de fino pino y de cerdas mis dedos, y mientras trazo curvas y derrocho suspiros frente a mis ojos te veo, ahora sé porque en el tiempo se titula recuerdo.