Son formas sin vida
que saltan de mis manos
y les doy soplidos de vida
y se apagan como velas encendidas
en vientos huracanados.
Mis palabras siguen siendo mías
aunque te has llevado
la calma de sus inviernos
el calor de sus veranos.
Eran versos que detenían el tiempo
y le traían a mi lado
se marcharon con sus besos
atando mis manos al recuerdo
dejando mi lápiz desgastado.
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