Crónica de una canción.

Si mi querido lápiz
así fue
se acerco a ni mesa
y sin saber porque
su mano se inclino hacia la mía
y mientras sus finos dedos
se filtraban entre los míos
lentamente me paraba
y fijamente sus rostro contemplaba
piel café y ojos canela
y ese olor a dioses que envenena
con tan solo un suspiro.

Oh fiel amigo, así fue
bailamos tan solo una canción
y aun conservo el olor de su piel
el calor de sus respiración.

Pudo ser un sueño
y podría jurar que así fue
pero no, no se puede soñar tan bello
así como no se puede volver a nacer.

Desde ese día me pregunto:
¿cuanto se puede vivir un pequeño momento
si vivimos muriendo toda una vida?

Se fue, no supe cuando
pero se fue
desde ese día guardan
mis ojos la angustia
de volverle a ver.

Es por ello que te pido
a ti fiel amigo
tú, que escribes nuestro destino
tú, que borras tus errores
y rehaces el camino
tú que tachas ilusiones
y rellenas esperanzas
tu, que conoces las huellas
de mis lágrimas tantas
llévale mis palabras
dile que le espero
con infinita franqueza
dile que deseo volver a bailar otra pieza.